viernes, 21 de abril de 2017

Pintura digital



La tecnología está influyendo en el arte de manera acelerada. Lo está haciendo de manera muy destacada en el cine y también en el teatro y la ópera donde cada vez es más frecuente la  proyección de imágenes digitales. En las artes plásticas ha creado nuevas disciplinas como el video-arte y la pintura digital.
Una pintura digital es una versión impresa de una imagen digital creada por su autor en un ordenador utilizando un software determinado.
Como la pintura digital permite pintar sin mancharse las manos ha propiciado la aparición de obras de autores no profesionales como las siguientes que han sido realizadas utilizando, respectivamente, los programas Excel y Paint de Microsoft.

 Pedro Maestre - El bosque atacado                 Luis del Río - Caleidoscopio    
La necesaria utilización de herramientas informáticas para practicar la pintura digital, que hoy día han alcanzado una notable sofisticación, ha transformado en artistas relevantes a profesionales informáticos como John Maeda del que se muestran seguidamente dos obras de la serie Morisawa 10.


Y también hay artistas profesionales seducidos por la pintura digital de muy diferente manera.
Uno de ellos es Joseph Nechvatal, el creador del arte “viractual” (utiliza virus informáticos para la creación de las imágenes digitales), a  quien pertenece esta obra.

diOnysus bacillus
En España, dejando a un lado los experimentos realizados en la década de los setenta en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense por artistas como José María Iturralde, que no pueden considerarse digitales desde una visión actual, hay al menos dos artistas que practican o han practicado la pintura digital: EVRU (Alberto Porta) y Manuel Jular.
EVRU es el creador de la máquina TECURA con la que se han realizado estas pinturas digitales.

 Y Manuel Jular es el autor de las siguientes.

             Notas Sueltas, 2015                                 Poliakov Tribute 2014          
Desde el punto de vista creativo, la pintura digital permite al artista, en palabras de Manuel Jular (un artista que practicó la pintura digital en la última época de su vida) un replanteamiento de “la relación entre fabricación y pensamiento” porque “lo sustancial en pintura (al menos yo lo pretendo así) es la idea–forma y la “magia” de todo un inexplicable mundo de superposiciones visuales que se dan en la mente del artista plástico y deben aparecer en el cuadro”.
Por su parte Nechvatal considera que la “planitud” consustancial a la pintura digital ofrece la ventaja de otorgar una mayor valoración a lo puramente visual de un cuadro respecto a su textura material.
 Hoy por hoy, la práctica de la pintura digital entre los pintores profesionales es limitada y hay, pues, poca experiencia sobre la problemática planteada por obras que pueden, por un lado, reproducirse indefinidamente y, por otro lado, alterarse, si el artista pone en el mercado no solo una versión impresa de su obra (o un número limitado de ellas) sino también su “original” informático.
Pero los artistas se verán tentados crecientemente a utilizar programas de ordenador para crear imágenes digitales por lo que habrá que estar atentos a cómo se resuelve finalmente el problema entre original y copia en la pintura digital.

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