jueves, 7 de septiembre de 2017

Expresionismo


El expresionismo es probablemente el estilo dominante en la pintura contemporánea a partir del siglo XX. Si hubiera dos la segunda sería el esteticismo porque ya se sabe que no puede haber calor sin frío.
Nace en Alemania para representar el mundo tras la primera guerra mundial mediante obras como las siguientes.

Max Beckman, La noche, 1918–1919, Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, Düsseldorf

Otto Dix, The Skat Players, 1920, Alte Nationalgalerie, Berlin

En España, el expresionismo tuvo matices propios, muy vinculados a la España “negra” y a la herencia de Goya, siendo José Gutiérrez Solana e Ignacio Zuloaga dos de sus cultivadores más destacados. 

 José Gutiérrez Solana, El desolladero (patio de caballos), 1924, Colección Banco Santander


Ignacio Zuloaga, Los flagelantes, 1908, Hispanic Society

En sus orígenes, el expresionismo es, pues, una corriente de la pintura figurativa con una clara vocación de crítica social pero después de la segunda guerra mundial pasa a ser también una corriente de la pintura abstracta.
En el Museo Guggenheim de Bilbao ha tenido lugar una gran exposición sobre el Expresionismo Abstracto del 3 de Febrero al 4 de Junio de 2017 a la que pertenecen las tres siguientes obras.

 Arshile Gorky, Water of the Flowery Mill, 1944,The Metropolitan Museum of Art, Nueva York

Willem de Kooning, Untitled (Woman in Forest), 1963–64, Colección Particular
 
Mark Rothko, Yellow Band, 1956, Sheldon Museum of Art, University of Nebraska

¿Tienen algo en común estas tres obras con las anteriores que haga que puedan compartir su naturaleza expresionista?
Sí. En ambos casos tratan de “expresar” una determinada realidad con recursos pictóricos propios. 
En el expresionismo figurativo el objeto de la obra es una realidad exterior y el recurso pictórico su “deformación” para otorgarle significado. 
En el expresionismo abstracto, el objeto de la obra es una realidad interior y el recurso pictórico el “action painting” en el caso de Arshile Gorky y Willem de Kooning y el empleo de “campos de color” en el caso de Mark Rothko para que pueda transmitir emoción. 
En la pintura abstracta anterior faltaba este aspecto o, dicho de otra manera, era más esteticista que expresionista como veremos seguidamente.



 Si se comparan los cuadros de la izquierda  (Franz Marc, Tirol,  1914, Staatsgalerie Moderner Kunst, Múnich; Vassily Kandinsky, Composición VIII, 1924, Salomon R Guggenheim Museum, Nueva York; Josef Albers, Study for Homage to the Square: Night Shades, 1956, MOMA), con los de la derecha de Arshile Gorky, Willem de Kooning y Mark Rothko se aprecia perfectamente que, siendo todos abstractos, los primeros son el resultado de un proceso intelectual de combinación de formas y colores mientras que los segundos son la consecuencia de actos espontáneos de creación.





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