jueves, 24 de agosto de 2017

Botín


En junio de 2017 se inauguró el Centro Botín en Santander con tres exposiciones: "Y" de Carsten Höller, "Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya" realizada en colaboración con el Museo del Prado y "Arte en el cambio de siglo" presentando una selección de obras de la colección permanente de la Fundación Botín.


Este es el edificio del Centro Botín, dispuesto en voladizo sobre la bahía de Santander, que ha sido proyectado por Renzo Piano en colaboración con luis vidal + arquitectos. El volumen de la izquierda alberga las salas de exposiciones y el de la derecha varios espacios dedicados al programa formativo del Centro.
Los dos volúmenes están conectados entre sí por una estructura de plazas y pasarelas llamada el pachinko, al igual que un juego japonés muy similar al de los pinballs, tal vez porque podría haber una analogía entre los circuitos que facilita para los espectadores que acuden al Centro y los habilitados para las bolitas en el juego japonés.





Las dos fotos anteriores muestran la parte central del pachinko, con una plataforma central y unas escaleras de acceso a las plantas superiores de los dos volúmenes (complementarias a los ascensores situados en su interior) ilustrando su doble funcionalidad de vías de comunicación y de superficies de contemplación del edificio y su maravilloso entorno.

 

Como los solados del pachinko son translúcidos uno puede ver las pisadas de los visitantes del piso superior.

 

 

Y, como ilustran las dos últimas fotos, el pachinko también comprende espacios dedicados únicamente a facilitar la contemplación del edificio y su entorno. 
Las características mencionadas del edificio del Centro Botín le auguran un gran éxito de público pero complican su función como museo porque, mientras que no hay duda de que pocas personas que visiten Santander se resistirán a subir al pachinko (que es, además, de acceso libre) para contemplar tanto el exterior de un edificio tan llamativo como el espectacular entorno en el que está ubicado, para visitar su interior y detenerse el tiempo suficiente ante las obras expuestas en sus salas necesitarán estímulos muy poderosos.


Además, a diferencia de otros Museos y Centros de Arte, que no suelen tener ventanas en sus salas de exposiciones, en el Centro Botín cuentan con el enorme ventanal hacia la bahía de Santander que puede verse en la foto. Con esa disposición es inevitable que el visitante dedique una parte de su tiempo a mirar la bahía, restándoselo a las obras expuestas.
Así pues, cabría decir que en el Centro Botín Renzo Piano ha llevado al límite la idea, nacida con el Centro Pompidou de París, de que en los nuevos museos el contenedor puede llegar a ser más importante que el contenido.
De hecho, según se ha publicado en los periódicos locales, en el primer mes de vida del Centro el pachinko del Centro Botín ha contado con muchos más visitantes que las exposiciones programadas y eso que la de Carsten Höller incluye obras tan llamativas como Elevator Bed (2010), ofreciendo además la posibilidad de reservar una noche en esa cama, que está equipada con todas las comodidades de una lujosa habitación de hotel y permite disfrutar del resto de la exposición haciéndola girar o subir y bajar (esta oferta sí tuvo mucho éxito y las plazas disponibles se agotaron rápidamente).




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