jueves, 15 de marzo de 2018

Palacio de Cristal


Este es el Palacio de Cristal situado en el Parque del Retiro de Madrid y cedido actualmente al Museo Reina Sofia para que lo utilice como sala de exposiciones.

Su singularidad arquitectónica, que contrasta fuertemente con la deseada vulgaridad de la mayoría de los espacios expositivos de obras de arte para no perturbarlas, propicia que pueda haber unas relaciones continente-contenido muy especiales en las exposiciones que se realizan en él como veremos seguidamente.


Federico Guzmán-Tuiza-Las culturas de la jaima-2015


Solo a un artista se le puede ocurrir ubicar una jaima sahariana en una edificación concebida inicialmente para albergar un invernadero, pero eso es lo que hizo Federico Guzmán en esta exposición.

El espectador que contemple esta obra puede sin duda, como quiere al autor, entender la gran jaima dispuesta en el interior del Palacio de Cristal como un espacio de hospitalidad y conversación, pero tendrá que ser él mismo quien encuentre las claves del diálogo que puede tener lugar entre una típica “casa” sahariana y un entorno como el del Palacio de Cristal, tan abierto a la luz y tan próximo al agua.

Mitsuo Miura-Memorias imaginadas-2013

El punto de partida de cualquier proyecto expositivo en el Palacio de Cristal tiene necesariamente que abordar la relación que se producirá entre las obras del artista y un edificio tan singular.

Mitsuo Miura optó por el contraste entre un contenido minimalista -unas piezas circulares de colores desvaídos suspendidas de su cubierta y unas franjas intermitentes de colores dispuestas dobre el suelo- y un continente de una factura tan “apabullante” para mostrar quizás una más de las contradicciones con las que tenemos que vivir.

Nacho Criado-Agentes Colaboradores-2012

El Palacio de Cristal, segunda sede de la retrospectiva, reconstruye la exposición Piezas de agua y cristal, expuesta en 1991 en este mismo espacio. En ella un criadero de hongos sobre las paredes vítreas ejemplifica el devenir "en estado de ruina" y la participación de agentes colaboradores, que contestan la utopía arquitectónica y el mensaje aséptico de la galería mediante la huella del acontecimiento. Una antiarquitectura, una idea-estímulo, que nace como reflexión sobre la mutabilidad y el uso del tiempo como un material más para la creación.

Así describe el Museo Reina Sofía esta exposición en la que, como bien se explica, el contenido tiene una función destructiva del continente. 


Soledad Sevilla-Escrito en los cuerpos celestes-2011


En esta exposición la artista dota al Palacio de Cristal de una segunda piel (hecha con paneles de policarbonado) recreando un cielo nocturno en el que flotan diversos signos linguisticos (no visibles en la foto) para que podamos verlo de día como si fuera de noche, transformado en un templo pagano.

Evaristo Bellotti-Escultura-2008

La obra está formada por un total de 1.668 losas de mármol de idénticas dimensiones labradas por el artista en las canteras de Macael (Almería) dispuestas sobre el suelo del Palacio de Cristal y una instalación hidráulica que permite que emerja agua del suelo, discurra sobre su superficie y contribuya a apreciar la belleza del mármol.

Se trata pues de una inusual escultura “horizontal”, difícilmente instalable en un museo convencional, que permite que el espectador tenga el arte bajo sus pies..


Javier Pérez-Mutaciones, metamorfosis-2004


El Palacio de Cristal alberga en este caso un milenario olivo que muestra sus entrañas teñidas de una savia sanguínea.

La belleza de la imagen no puede ocultar la tristeza del olivo encerrado dentro del Palacio y privado de la libertad de los arboles circundantes.

Leiro-2004

La arquitectura del Palacio de Cristal posibilita tanto su ocupación por los personajes escultóricos en unas ubicaciones inhabituales como facilitar al artista que pueda presentarlos en unas posturas poco convencionales.

El brutalismo del contenido contrasta perfectamente con la perfección industrial del continente.


Eva Lootz-La lengua de los pájaros-2002


Aprovechando el parecido del Palacio de Cristal con una gran pajarera, Eva Lootz instaló en esta exposición un conjunto de altavoces que difunden cantos de diferentes especies de pájaros sobre una gran montaña de arena circundada parcialmente por una pasarela que permite transitar sobre ella.

De esa manera el visitante puede apreciar tanto los cantos grabados de pájaros de la instalación como, si hay suerte, los cantos naturales de los pájaros que vuelan en el exterior o, dicho de otra manera, tanto la cultura como la naturaleza.


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