sábado, 30 de noviembre de 2019

Saura


Antonio Saura fue uno de los pocos pintores españoles del siglo XX con un lenguaje propio apto para representar personas vivas o muertas o sucesos de la actualidad o del pasado. Un lenguaje, por lo demás, que ha desaparecido con él.

Brigitte Bardot-1959-Museo de Arte Abstracto Español (Cuenca)

Este es un ejemplo paradigmático de la utilización de ese lenguaje para el retrato de personas vivas.  

Retrato imaginario de Felipe II-1974-Museo del Prado

Y este es uno de los muchos retratos que hizo de Felipe II porque, aunque no estuviera vivo, también le interesaba. 

Lo que es menos conocido de su obra es la serie de dibujos que hizo en 1994 (uno cada día) inspirados por alguno de los sucesos que le llamaban la atención para documentar lo que sucedía diez años después del 1984 de George Orwell y que le llevaron a pensar que el autor británico se había quedado corto en sus predicciones distópicas.

Esta ilustración se refiere a un suceso real del que dio noticia un periódico con el siguiente titular: El hombre que paseaba con una silla cuando fue detenido (lo hacía pensando que así evitaría su detención).

En este caso la noticia publicada en la prensa se titulaba Esta mujer tiene cuatro piernas. Busca al hombre de su vida.

Y este fue el dibujo dedicado una noticia que llevaba por título Bancos de tejidos humanos en España, el viejo mito de Frankestein hecho realidad.

Los tres dibujos anteriores fueron publicados en EL PASEANTE en 1995, junto con las noticias de prensa que los habían inspirado, como ilustraciones de un artículo titulado El arte efímero muy crítico con la deriva que estaba tomando el arte contemporáneo y sobre cuyas predicciones parece que el tiempo le está dando la razón.

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