jueves, 16 de marzo de 2017

Negro (I)


Kazimir Malevich, Cuadrado Negro, 1915

Este es el famoso cuadro que inició una nueva etapa en la historia del arte. Lo pintó Malevich pero, como es evidente, podía haberlo pintado cualquiera (hay gente que dice equivocadamente lo mismo de las obras de Picasso). En 1915 había en Rusia un ambiente pre-revolucionario que propició seguramente que esa obra saliera a la luz.
Transcurridos más de cien años de su creación cabe concluir que su enorme influencia posterior se debe a la combinación de dos factores: su naturaleza no figurativa y el color negro. Malevitch también pintó cuadrados de otros colores y, en particular, de color rojo pero el que le dio la fama fue el negro.
Ese color adquirió un papel predominante en la pintura del siglo XX con el expresionismo abstracto norteamericano generado en torno al Black Mountain College siendo Franz Kline uno de sus mejores representantes.


Franz Kline, Chief, 1950, Moma
 Aunque por motivos distintos a los que preocupaban a los alumnos del Black Mountain College, la década de los 50 en España también reunía unas condiciones idóneas para el triunfo del negro y así lo demostraron, entre otros, Manuel Millares y Antonio Saura. 
 
Manuel Millares, Cuadro, 1957, Museo Reina Sofía

Antonio Saura, Grito nº 7, 1959, Museo Reina Sofía
 Y aún después de que los ecos de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil Española se hubieran apagado seguía habiendo cosas que había que tachar en  negro como sugiere Rafael Canogar.
 
Rafael Canogar, Composición, 1983

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