miércoles, 22 de marzo de 2017

Negro (II)





Los grabados anteriores pertenecen a un album de catorce ejemplares realizado en 1946 por Robert Rauschenberg utilizando como instrumento de impresión un bloque de madera con una cara tintada de negro. El primer grabado es, pues, un cuadrado negro. Los posteriores fueron impresos tras realizar sucesivas incisiones en el bloque de madera.  El objetivo del album es representar el paso del tiempo.
Si la serie hubiera continuado el último grabado hubiera sido un cuadrado blanco. Tal vez por eso, ya en 1951, Rauschenberg no pudo resistirse a la tentación del blanco.
 

    White Painting [three panel], 1951

 

              White Painting [seven panel], 1951
 En el caso español, el paso del negro al blanco fue más tardío y, por ejemplo, un artista tan devoto del negro como Millares solo sintió la tentación del blanco en la década de los setenta, influido, al parecer, por un viaje al Sahara.



 Manuel Millares, Antropofauna, 1971, Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca

Aunque generalmente se ha atribuido a la herencia de la segunda guerra mundial la predilección por el negro de los artistas informalistas en la segunda mitad del siglo XX y, por tanto, su transición al blanco obedecería a la demanda de un tiempo nuevo, caben otras interpretaciones.

En una exposición de 2013-2014 el MOMA documentó exhaustivamente la influencia de Rauschenberg y muy en particular de sus pinturas blancas en la famosa composición musical de John Cage 4’ 33’’ (4 minutos y 33 segundos durante los cuales un pianista está frente a un piano sin mover un dedo) cuya primera audición (¿) tuvo lugar el 29 de Agosto de 1952.

¿Habrá que pensar, pues, que en la pintura abstracta el negro es la música y el blanco el silencio?






 

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