Danza macabra-Hans Holbein-1538
Las dos obras
anteriores son dos buenos ejemplos del tratamiento de las pandemias en el arte
clásico. Brueghel nos muestra una visión realista de los efectos de la peste
mientras que el grabado de Holbein es una ilustración de cómo se lleva la
muerte al obispo (el grabado forma parte de una larga serie dedicada a todos
los personajes representativos de la sociedad de la época).
Corral de
apestados-Francisco de Goya-1798
La peste ha tenido
muchos tipos de manifestaciones a lo largo del tiempo y, cuando se podía, se
aislaba a los apestados como se muestra en esta escena de Goya.
A finales del siglo
XIX empiezan a cambiar las cosas en el arte y Munch pinta una imagen no realista
del terror (influenciada al parecer por una enfermedad familiar).
Aunque en 1983 no
podía saberlo, Munch fue afectado por la mal llamada gripe española y
nos dejó este testimonio.
Además de la gripe
española de 1918 el siglo XX nos trajo dos guerras mundiales, con peores
efectos.
Antonio Saura, Grito nº 7, 1959, Museo Reina Sofía
Y para afrontar la
actual pandemia tendremos que seguir gritando, pero dejando tan vacías las
calles como quedó la Gran Vía de Antonio López.