sábado, 9 de junio de 2018

Realismos


Aunque la pintura realista ocupa poco espacio en los museos de arte contemporáneo se siguen pintando retratos, paisajes y bodegones en los que se identifica perfectamente su contenido. 
Antonio López-La Familia de Juan Carlos I-1993-2014-Patrimonio Nacional


Aunque Antonio López sea un pintor lento, su tardanza en la realización de este cuadro, que le encargó Patrimonio Nacional, es comprensible si se tiene en cuenta que no podía dejar de sentir el peso de los muchos retratos de la familia real española expuestos en el Museo del Prado.

El cuadro cumple, desde luego, el imperativo de todo retrato (el parecido de sus personajes con los modelos) pero la difuminación del escenario y la ausencia de cualquier atributo ligado a la realeza hacen que se trate de un retrato conceptual mediante el que se transmite el (falso) mensaje de que la familia de Juan Carlos I es una familia normal. Su ubicación actual en el Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid acentúa la contradicción.

Ricardo Sanz-Retrato de SS. AA. RR. Los Príncipes de Asturias

En contraste con el cuadro anterior, Ricardo Sanz siguió el canon tradicional de los retratos de la familia real.

Carmen Laffon-1960-La novia

Este es un buen ejemplo de otra manera de tratar la figura humana en el siglo XX: sugerir más que mostrar y otorgar importancia al tratamiento plástico del entorno del personaje.

Bernard-Lita Cabellut-2017

Este es uno de los retratos de la serie Ejercito de Poetas que la artista ha expuesto recientemente en una galería de Hong Kong.

Lita Cabellut es una artista que está teniendo un gran éxito internacional debido probablemente a que combina apropiadamente una factura básicamente realista con elementos tomados de la abstracción.

Antonio Lopez-1974-1981-La mitad invisible-La Gran Vía

Aunque parezca realista, este cuadro realmente no lo es porque Antonio López no ha incluido en él nada que se mueva (ni personas, ni coches, ni nubes, ni pájaros) para poder trasmitir así con mayor fuerza la sensación que produce ese espacio a quien lo visita por primera vez, sobre todo si viene de un entorno provinciano.

Para poder ejecutar el cuadro con esas condiciones Antonio López tuvo que acudir al escenario al amanecer en muchos días de verano durante los siete años que tardó en pintarlo.

Eugenio López Berrón-2012-La Gran Vía. Madrid

La Gran Vía madrileña, así como otras zonas de la ciudad, ha sido uno de los temas preferidos de un pintor que es capaz de captar las claves de ese entorno urbano como, en el caso de este cuadro, su particular atmósfera nocturna. 

Calabazas-Claudio Bravo-2008

Claudio Bravo fue uno de los mejores pintores realistas, pero ante un cuadro como este cabe preguntarse si su motivo ya existía antes de que se pusiese a pintarlo o si, por el contrario, estuvo probando con diversas disposiciones de calabazas sobre el mueble hasta que encontró la que finalmente llevó al lienzo.

En este último caso ¿se puede llamar realista a una pintura si su motivo no existía previamente (solo una vaga idea de pintar un bodegón de calabazas) y que probablemente dejó de existir al poco de tiempo de finalizar el cuadro?

Cristóbal Toral-Composición con equipaje-2001

 En este cuadro se representa un sector de un almacén de equipajes pero tal almacén no existe en ninguna parte. Podría existir porque las maletas y bolsas parecen reales pero no lo hace porque así nos lo dice el autor en su título.

Esa es una de las paradojas de la actual pintura realista.

Pedro Campos

Pedro Campos sigue la línea hiperrealista de Claudio Bravo y Cristóbal Toral (y muchos otros pintores) aplicando una extraordinaria destreza técnica para crear obras en las que se muestran objetos reales combinados de una manera existente únicamente en la mente del autor para que el espectador pueda plantearse cuestiones sobre lo que es y lo que no es real.