Si en estos tiempos pandémicos se trata de no dejarnos
vencer por la realidad que vemos a nuestro alrededor puede ser de interés revisar
lo que ha hecho el arte pictórico al
respecto. No olvidemos que, de una manera u otra, el arte es un testigo de la
historia.
Impresión, Amanecer-Claude Monet-1873-Museo
Marmotan Monet
Este es el primer
cuadro impresionista o, dicho de otra manera, el primer cuadro que no quiere
representar la realidad tal cual es sino como la ve el artista. Lo hace de
manera optimista: al amanecer el sol no nos falla, sigue saliendo todos los
días.
Las grandes bañistas-Paul Cezanne-1905-National
Galery
A principios del siglo
XIX nadie podía ver una escena como esta en ningún sitio, pero el artista pudo imaginársela
para compartirla con el público.
Las señoritas de Avignon-Pablo Picasso-1907-MOMA
Con esta obra Picasso
dio un paso más que Braque para alejar el arte de la realidad y situarlo en un
territorio propio sometido a sus propias leyes.
Georges Braque-Mujer con mandolina-1910-Museo Tyssen
Bornemisza
En el camino abierto
por Picasso, la representación fiel de la realidad dejó paso a la representación
de lo imaginado por el artista siguiendo procedimientos propios (cubistas en
este caso) buscando únicamente fines estéticos.
Metropolis-George Grosz-1917- Museo Tyssen
Bornemisza
Grosz siguió otra
vía: llevar a lo que aparenta ser la realidad a su límite. Metrópolis es el
estadio final de la ciudad europea si no cambian las cosas.
Piet Mondrian-Composición I-1931- Museo Tyssen
Bornemisza
Y, finalmente, se
llegó, como no podía ser de otra manera, a la abstracción, es decir a la autonomía
completa del arte respecto de la realidad.