jueves, 4 de mayo de 2017

Instalaciones



Entre las manifestaciones artísticas actuales están adquiriendo una importancia creciente las “instalaciones”, entendiendo por tal unas obras destinadas a su exposición en espacios públicos para que sus visitantes puedan contemplar la realización material de ideas, conceptos o preocupaciones de sus autores.

Sol LeWitt, Wall drawing 614
Esta “instalación” formó parte de la exposición SOL LEWITT 17 WALL DRAWINGS que se celebró en la Fundación Botín de Santander del 18 de Julio de 2015 al 10 de Enero de 2016.
Fue pintada por un equipo de dibujantes a partir de la siguiente instrucción de Sol LeWitt: “trazar líneas de 8 cm. de ancho” que creen “rectángulos al encontrarse en ángulos rectos”.
Se trata de un ejemplo señero de arte conceptual pues lo importante no es tanto la  materialización de la obra cuanto la idea que subyace en ella que, de hecho, puede adoptar un número elevadísimo (por no decir infinito) de realizaciones distintas.
Naturalmente la idea permanece viva cuando se destruye la instalación al terminar la exposición.
En esta exposición el “Wall drawing 614” se realizó utilizando líneas horizontales y verticales (respecto al espacio expositivo) generando en una pared una compartimentación rectangular del espacio “a lo Mondrian”.

Piet Mondrian, Composition in Red, Blue, and Yellow, 1937-42, MOMA
Lo singular de la idea subyacente en “Wall drawing 614” no es pues la “cuadriculación” en sí sino su aplicación a la totalidad de una pared con líneas de una anchura de 8 cm. De esa manera la retícula tiene una densidad suficiente como para dar sentido a su utilización en una pared.
Las “instalaciones” más frecuentes suelen ser, sin embargo, tridimensionales como esta de Leandro Erlich, denominada “Changing Rooms” que se expuso en la Fundación Telefónica del 23 de Febrero al 23 de Abril de 2017.
 

Consiste en un conjunto de 30 celdas contiguas con una configuración interior similar a la de los probadores de las tiendas de ropa sustituyendo los espejos por espacios vacíos que permiten pasar de una celda a las contiguas.
 
 
Así pues cuando se entra en “Changing Rooms” en vez de verse a uno mismo reflejado en un espejo a quien  se ve es a aquellos otros visitantes que han entrado en el laberinto, que tampoco pueden reconocerse en los esperados espejos de las celdas con el consiguiente desconcierto que es, justamente, el objetivo de la instalación.


 Ahora bien, si como sucede en la foto anterior no hay visitantes próximos se produce el efecto perverso de que, en lugar de desconcierto, lo que se percibe en el pasillo del laberinto es orden.


Esta es una segunda “instalación” de Leandro Erlich, denominada Nido de las Nubes.
Está formada por varias vitrinas que contienen “nubes” con la forma de los mapas de España, Italia, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Reino Unido y Alemania sugiriendo que esos países son más fugaces y porosos de lo que parecen o, tal vez, que sus fronteras no están tan bien definidas como quiere la cartografía o, incluso, que país es un concepto nebuloso.



Esta es la vitrina de España y se supone que la ausencia de las Islas Canarias y las ciudades de Ceuta y Melilla se debe exclusivamente a cuestiones técnicas de la instalación.
Las “instalaciones” tienen un futuro prometedor porque al suscitar la pregunta ¿esto es arte?  generan una demanda alternativa a la de las galerías y museos convencionales que resulta muy atractiva por muy diversas razones:
-   Ofrecen a los cada vez más abundantes espacios expositivos un “nuevo” material que les permite ampliar su oferta.  
-      Son el vehículo apropiado para los cada vez más numerosos artistas conceptuales.
-    Requieren una mayor interacción con los espectadores con la consiguiente necesidad de actividades paralelas (talleres, visitas guiadas, etc).
-       Su carácter efímero (ya que normalmente se destruyen tras su exposición) está en perfecta consonancia con las tendencias dominantes de la modernidad “líquida”.

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