La tecnología
está influyendo en el arte de manera acelerada. Lo está haciendo de manera muy
destacada en el cine y también en el teatro y la ópera donde cada vez es más
frecuente la proyección de imágenes
digitales. En las artes plásticas ha creado nuevas disciplinas como el
video-arte y la pintura digital.
Una pintura
digital es una versión impresa de una imagen digital creada por su autor en un
ordenador utilizando un software determinado.
Como la
pintura digital permite pintar sin mancharse las manos ha propiciado la
aparición de obras de autores no profesionales como las siguientes que han sido
realizadas utilizando, respectivamente, los programas Excel y Paint de
Microsoft.
Pedro Maestre - El bosque atacado Luis del Río - Caleidoscopio |
La necesaria
utilización de herramientas informáticas para practicar la pintura digital, que
hoy día han alcanzado una notable sofisticación, ha transformado en artistas
relevantes a profesionales informáticos como John Maeda del que se muestran seguidamente
dos obras de la serie Morisawa 10.
Y también hay
artistas profesionales seducidos por la pintura digital de muy diferente
manera.
Uno de ellos
es Joseph Nechvatal, el creador del arte “viractual”
(utiliza virus informáticos para la creación de las imágenes digitales), a quien pertenece esta obra.
diOnysus bacillus |
En España,
dejando a un lado los experimentos realizados en la década de los setenta en el
Centro de Cálculo de la Universidad Complutense por artistas como José María
Iturralde, que no pueden considerarse digitales desde una visión actual, hay al
menos dos artistas que practican o han practicado la pintura digital: EVRU
(Alberto Porta) y Manuel Jular.
EVRU es el
creador de la máquina TECURA con la que se han realizado estas pinturas
digitales.
Y Manuel
Jular es el autor de las siguientes.
Notas Sueltas, 2015 Poliakov Tribute 2014 |
Desde el
punto de vista creativo, la pintura digital permite al artista, en palabras de
Manuel Jular (un artista que practicó la pintura digital en la última época de
su vida) un replanteamiento de “la
relación entre fabricación y pensamiento” porque “lo sustancial en pintura (al menos yo lo pretendo así) es la
idea–forma y la “magia” de todo un inexplicable mundo de superposiciones
visuales que se dan en la mente del artista plástico y deben aparecer en el
cuadro”.
Por su parte
Nechvatal considera que la “planitud” consustancial a la pintura digital ofrece
la ventaja de otorgar una mayor valoración a lo puramente visual de un cuadro
respecto a su textura material.
Hoy por hoy,
la práctica de la pintura digital entre los pintores profesionales es limitada
y hay, pues, poca experiencia sobre la problemática planteada por obras que
pueden, por un lado, reproducirse indefinidamente y, por otro lado, alterarse,
si el artista pone en el mercado no solo una versión impresa de su obra (o un
número limitado de ellas) sino también su “original”
informático.
Pero los
artistas se verán tentados crecientemente a utilizar programas de ordenador
para crear imágenes digitales por lo que habrá que estar atentos a cómo se
resuelve finalmente el problema entre original y copia en la pintura digital.
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