La libertad guiando al pueblo-Delacroix-1830-Museo del Louvre
Este cuadro es uno de los mejores
ejemplos de que, hasta el siglo XIX, la presencia de las banderas nacionales en
el arte era plenamente conforme con su significado simbólico originario.
A partir del siglo XX ya no fué así
y, muy especialmente, en el caso español.
Esta bandera de España, transformada en
una soga de horca, apareció el pasado mes de octubre en un balcón de La Casa Invisible, un centro social y
cultural de la ciudad de Málaga, en el marco de una «exposición artística» titulada “La Guerra. Espacios-tiempos
del Conflicto”. Al cabo de poco tiempo, fue retirada del balcón e instalada en
el interior del centro como una más de las obras de la exposición.
Otro ejemplo reciente de una obra de
arte conceptual en la que la bandera de España aparece con un significado
negativo es la ópera Carmen de Bizet en la versión de Calixto Bieito que pudo
verse este año en el Teatro de la Bastilla de París. En una de sus escenas un legionario friega el suelo y se
limpia el trasero con ella y en otra Micaela la usa como trapo para limpiar un
Mercedes. Esas escenas desaparecieron, con el consentimiento de Bieito, en las
representaciones de la ópera que tuvieron lugar en
el Teatro Real de Madrid del 11 de octubre al 17 de noviembre de 2017).
Muy probablemente esas obras de arte traen
causa de otras anteriores como la siguiente.
El Caudillo-Ignacio Zuloaga-Museo Reina Sofia
En todo caso, probablemente la mayor aportación
del arte del siglo XX al tratamiento de las banderas nacionales ha sido darles
identidad propia como objetos artísticos.
Jasper Johns-Flag-1954-MOMA
Esta es la obra que inicia ese
movimiento y su valoración artística debe circunscribirse pues a la particular
representación realizada por el autor de lo único que se muestra en ella: la
bandera de los EE.UU.
La elección del motivo no fue tanto el
patriotismo del pintor cuanto de su familiaridad para el público norteamericano
ya que en 1954 tuvieron lugar diversos actos de exaltación de la bandera que
hicieron que estuviera muy presente en su imaginario icónico.
Johns pintó con oleo las barras y
estrellas sobre una base de papeles de periódicos (elegidos cuidadosamente para
que ninguno de ellos publicara noticias destacadas que llamaran la atención) y
aplicó un tratamiento protector con encaústica a su superficie externa.
Jasper Johns-Three Flags-1958-Whitney Museum-Nueva
York).
Esta es otro de los 40 cuadros que Jasper
Johns pintó a lo largo de su vida con la bandera norteamericana como único
motivo.
A los pintores les gustó tanto la idea
de Johns que muchos de ellos se consideraron obligados a aportar sus
particulares versiones de la bandera norteamericana como las dos que se
reproducen seguidamente.
Keith Haring-Untitled
Jean-Michel Basquiat- Untitled
En España el tratamiento
neo-figurativo de la bandera no tuvo eco, pero sí lo hizo la abstracción.
Antoni Tápies- El espíritu catalán-1971-Colección
Huarte
Carteles de Antoni Tápies
Como puede verse en
las obras anteriores, Tapies extrae de
la bandera catalana las cuatro barras rojas y el color amarillo y juega con esos
y otros componentes para transmitir el mensaje deseado en cada caso ligado
siempre con el sentimiento nacional catalán. Nótese que las cuatro barras rojas
no están dispuestas en la posición horizontal que tienen en la bandera para
reforzar su simbología reivindicativa (el nacionalismo siempre apunta hacia
arriba).
Joan Miró-1983
Y esta obra tan conocida de Joan Miró -y
tan identificada con el sol de España- también es, en realidad, una versión
abstracta de la bandera española.
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