Antonio Saura fue
uno de los pocos pintores españoles del siglo XX con un lenguaje propio apto
para representar personas vivas o muertas o sucesos de la actualidad o del
pasado. Un lenguaje, por lo demás, que ha desaparecido con él.
Brigitte Bardot-1959-Museo de Arte
Abstracto Español (Cuenca)
Este es un ejemplo
paradigmático de la utilización de ese lenguaje para el retrato de personas
vivas.
Retrato imaginario de Felipe II-1974-Museo
del Prado
Y este es uno de los
muchos retratos que hizo de Felipe II porque, aunque no estuviera vivo, también
le interesaba.
Lo que es menos
conocido de su obra es la serie de dibujos que hizo en 1994 (uno cada día) inspirados
por alguno de los sucesos que le llamaban la atención para documentar lo que
sucedía diez años después del 1984 de George Orwell y que le llevaron a pensar
que el autor británico se había quedado corto en sus predicciones distópicas.
Esta ilustración se refiere a un suceso real
del que dio noticia un periódico con el siguiente titular: El hombre que
paseaba con una silla cuando fue detenido (lo hacía pensando que así evitaría
su detención).
En este caso la noticia publicada en la
prensa se titulaba Esta mujer tiene cuatro piernas. Busca al hombre de su
vida.
Y este fue el dibujo dedicado una noticia que
llevaba por título Bancos de tejidos humanos en España, el viejo mito de Frankestein
hecho realidad.
Los tres dibujos anteriores fueron publicados
en EL PASEANTE en 1995, junto con las noticias de prensa que los habían
inspirado, como ilustraciones de un artículo titulado El arte efímero muy
crítico con la deriva que estaba tomando el arte contemporáneo y sobre cuyas predicciones
parece que el tiempo le está dando la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario