Toledo ha
sido un tema recurrente en la pintura española y probablemente uno de los
motivos para ello (junto con la importancia histórica de la ciudad) sea la
continuidad de su casco histórico y su entorno cercano. Las fotos anteriores
(la de la izquierda tomada de Google Earth y la segunda de un folleto turístico
municipal) ilustran su estado actual.
El Greco, Vista de Toledo, 1598-1599, Metropolitan Museum, NY |
El Greco, Vista y Plano de Toledo, 1610-1614, Museo del Prado |
Los dos
cuadros anteriores son referencias ineludibles para los pintores posteriores y
como El Greco no pretendió en ellos una representación totalmente realista de
la ciudad sino de dos “visiones” de la misma (nótese en el cuadro del Met la
poca densidad del espacio urbano y la alteración de la posición de la Catedral
respecto al Alcázar contrastando con la complejidad del cuadro del Prado) esa
será la lección a tener en cuenta.
Siglos
después, Manuel Bartolomé Cossio (puede verse actualmente en Madrid la
exposición “El Toledo de Cossío y la Institución Libre de Enseñanza) renueva el
interés por la ciudad porque «Toledo es la ciudad que ofrece el conjunto más
acabado y característico de todo lo que han sido la tierra y la civilización
genuinamente españolas. Por esto, el viajero que disponga de un solo día en
España, debe gastarlo sin vacilar en ver Toledo».
Uno de los
pintores que atendió esa llamada fue Ignacio Zuloaga.
Zuloaga, Retrato de Maurice Barrès, 1913 |
Zuloaga, Paisaje claro de Toledo, 1932, Museo Ignacio Zuloaga |
En el primero
de los dos cuadros anteriores, Marice Barrés contempla un Toledo crepuscular
mientras que en el segundo Toledo aparece bajo una luz más clara. En los dos el
espacio ocupado por la trama urbana es mínimo al igual que en la Vista de Toledo del Met.
A diferencia
de ellos, en el siguiente se diría que Toledo está iluminado por un relámpago.
Zuloaga, Vista de Toledo, Museo de Bellas Artes de San Fernando |
La atracción
de Toledo en las primeras décadas del siglo XX no se limitó a los pintores españoles
y sirva como botón de muestra esta “visión” de Diego Rivera mucho más optimista
y luminosa.
Diego
Rivera, Vista de Toledo, 1912 |
Como no
podría ser otra manera, también contamos con “visiones” no figurativas de
Toledo.
Benjamin Palencia, Toledo, 1954, Museo del Prado |
En este cuadro,
incluido en la exposición mencionada anteriormente, la “visión” del pintor se
concentra en el casco histórico de la ciudad rodeado por el rio Tajo y en los
monumentos más significativos que se encuentran en su interior. Aunque no es
una pintura realista, hay suficientes pistas para identificarlos.
Rafael Canogar, Toledo, 1960 |
Al tratarse
de un cuadro totalmente abstracto, el espectador debe buscar la relación de
este cuadro con la ciudad de Toledo en el terreno de las sensaciones.
Franz Erhard Walther, Toledo, 1968 |
Este dibujo,
incluido en la actual exposición de
Franz Erhard Walther en el Palacio de Velazquez de Madrid incide, siguiendo la
línea del anterior cuadro de Benjamin Palencia, en la captura de las formas
esenciales que están presentes en la ciudad de Toledo y ese es también el
propósito del siguiente cuadro de Oyonarte.
Oyonarte, Toledo polimórfico 2014 |
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